jueves, 4 de mayo de 2017

Palabras mágicas: gracias y perdón.


Foto: Burgos Conecta


Ayer presenté mi renuncia como corporativo del Ayuntamiento de Burgos. Tras comunicárselo al portavoz de mi grupo, al resto del mismo y al Alcalde de la ciudad, pude anunciar en rueda de prensa la decisión y sus motivos.

Unos motivos que son sencillamente personales y particulares. Principalmente que he encontrado un trabajo a jornada completa pero no sólo eso. Y es que un trabajo no tiene porque ser impedimento para esta labor pero yo, por esas otras circunstancias, no me veo con fuerzas para compatibilizar lo público, lo laboral y lo privado. Han sido dos años de mucho trabajo y unos últimos meses especialmente duros por asuntos de mi esfera personal que han hecho mella en mi capacidad de afrontar retos.

Aprovecho para usar lo que me gusta llamar “palabras mágicas”: perdón y gracias.

Perdón a quienes confiaron en mí (a través del proyecto de Imagina) porque no voy a cumplir el compromiso de cuatro años que adquirí. Sirva como justificación que las circunstancias bajo las que me comprometí han variado notablemente y sólo cumpliré dos años en esta tarea.

Gracias a mucha gente. Primero al principal responsable de que haya podido cumplir este sueño de ser concejal de mi ciudad, a Raúl Salinero.  Después a mis compañeras/os de grupo: Eva (trabajadora infatigable), Blanca (talento desbordante), Marco (compromiso inquebrantable) y Sara ( tremenda luchadora). A Guillermo y Silvia. Al Julio César que ha aguantado mis cuitas. A Israel, a Héctor (la de cosas que me has enseñado) y a Luis (consejeros vecinos). Y a todas las personas de Imagina Burgos que han arrimado el hombro y trabajado en este proyecto que nació de la ilusión y que debe seguir alimentándose de ella. También a las más de 18.000 personas que pusieron nuestra papeleta en la urna y, personalmente, a las que me dieron su confianza en las primarias.
Gracias a mis compañeras/os en la corporación. No es grata en multitud de ocasiones la labor de concejal y creo que todas/os queremos lo mejor para Burgos pese a las (evidentes) diferencias. Aquí no puedo evitar un recuerdo especial a Mar Ramírez (amiga y ejemplo) y a Ana Lopidana (una humanidad magnífica).
Gracias a las/os trabajadoras/es del Ayuntamiento. Sin duda alguna lo mejor de la institución.
Gracias a mi familia a mis amistades. Os he robado demasiado tiempo y tranquilidad y me habéis apoyado siempre sin ningún resquicio de duda.
Gracias a los medios de comunicación que han hecho de altavoz de las propuestas e ideas de Imagina y mías.

Termino una etapa intensa, muy intensa, en el volumen de trabajo pero también en lo emocional. He sido concejal de la mejor ciudad del mundo (al menos así es para mí) y estoy muy orgulloso de ello. Muy orgulloso también de afirmar que vengo del barrio de San Esteban, el color morado que usé en mi primer pleno y en mi despedida es para recordar mi origen: un barrio humilde pero orgulloso, trabajador y honrado, mi debilidad. Me marcho del Ayuntamiento satisfecho desde la humildad por aportar lo que anunciábamos desde la campaña: propuestas sencillas y sensatas para mejorar la vida de la gente. He procurado aportar y sumar sin buscar fotografías ni reconocimientos (por esto me han reñido mucho en Imagina…). Me voy igual de feliz por ese tobogán del bulevar que ahora termina en goma y no en un charco de barro, que por la calle Gloria Fuertes, que por el comercio justo en la Feria de Tapas y, especialmente satisfecho por las propuestas y el trabajo que he llevado a cabo en el IMC para intentar impulsar la Cultura en esta ciudad nuestra.
Ahora quedan espacios desde los que trabajar por hacer más hermosa esta ciudad: por supuesto desde Imagina pero también desde otros colectivos y organizaciones y desde la Cultura que es donde mejor me he movido este tiempo.

Por último, y aunque no sea estrictamente municipal, he tenido un complemento muy satisfactorio estos dos años: las bodas. Cerca de 150 parejas se han casado conmigo oficiando la celebración. Al igual que antes: perdón a quienes me habían solicitado para lo que resta de año y cuya petición no podré atender y gracias a quienes quisieron que formara parte de ese momento tan especial. Dije en su día “no creo que haya cosas mucho más bonitas que casar a dos personas que se quieren” y lo he podido hacer muchas veces.

Me despido, como no, con Poesía. Con Don Mario Benedetti:

“… Disfrutaré de vez en cuando
de tu recuerdo
que seguirá alterándome.”

Y con este precioso vídeo que me regalaron ayer desde Imagina



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