domingo, 19 de abril de 2015

La vieja y la nueva política


(Imagen: Forges)

El pasado jueves se presentó la candidatura de Imagina Burgos. En ese acto Raúl Salinero, que ocupa el número uno de nuestra lista, explicaba que nuestro proyecto “atraviesa la negra nube de la vieja política”. ¿A qué nos referimos con ese concepto?

Vieja política es pensar que la ciudadanía no tiene memoria y que la elección de sus representantes es un proceso de marketing como si de un concurso televisivo se tratara. Por eso la vieja política hace cosas inauditas como “inaugurar un cartel”, o anunciar un evento para el que faltan ¡diecinueve meses!

La “viaje política” cree en el resultadismo (si me permiten el término deportivo), creen que asfaltar calles en el mes de abril hará que la gente les vote, piensan que amontonar obras y anuncios en una ¿revista? pagada con fondos municipales, les asegura muchos apoyos. Incluso tienen la desfachatez de utilizar un lema supuestamente municipal en la web electoral del candidato (aquí la imagen). O, sin ningún disimulo, utilizan una cuenta en redes sociales que debiera ser informativa y de servicio, a la mayor gloria de la persona que opta a ser elegida. (Mientras la cuenta del Ayuntamiento en Twitter es el arma propagandística del actual alcalde, la propia de su campaña languidece).

Ahora llegarán más anuncios, más proyectos, más ocurrencias, más promesas. Y el problema no es tanto que digan barbaridades (en su día la del Museo de Historia de España fue antológica) sino que, en un momento dado, las hagan y dejen hipotecado el Ayuntamiento por un buen puñado de años.

Y es que la nueva política dice que democracia no es simplemente votar cuatro años. En cambio, en la vieja política les da igual a quien votes cada cuatro años, porque siempre mandarán los mismos. 

No podemos permitirlo, por eso apostamos por la lluvia fina de la sencillez, la sensatez y la honradez mientras otros anuncian tormentas de banalidad y oportunismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario